COMUNICADO 8 DE MARZO:
ANTE EL AVANCE DEL FASCISMO, FORTALEZCAMOS EL SINDICALISMO FEMINISTA INTERNACIONALISTA!
Desde los sindicatos LAB, Intersindical Valenciana, La Intersindical, Intersindical Alternativa de Catalunya, Corriente Sindical de Izquierda, Sindicato Andaluz de Trabajadores/as, CUT Aragon y MTC Canarias, miembros de la Coordinadora de los Pueblos de la Federación Sindical Mundial (FSM), mirando al contexto internacional actual, vemos un preocupante ascenso de fuerzas autoritarias y reaccionarias que amenazan los derechos conquistados por la clase trabajadora y, en particular, por las mujeres. El avance del fascismo no solo se traduce en la represión de movimientos sociales y sindicales, sino que también supone una regresión en las condiciones de vida y trabajo de millones de mujeres, profundizando su explotación y precarización.
Estas políticas de ultraderecha han demostrado históricamente su desprecio por los derechos de las mujeres, promoviendo discursos y medidas que refuerzan roles de género tradicionales y perpetúan la desigualdad estructural. En muchos países, estamos viendo un retroceso en derechos fundamentales, desde el acceso a la salud y la educación hasta la criminalización de los movimientos feministas y la persecución de activistas que defienden la igualdad y la justicia social.
Este escenario de retroceso y ofensiva neoliberal impacta directamente en la organización de los trabajos de cuidados, intensificando su distribución desigual. Las mujeres trabajadoras, especialmente las de los sectores populares, se ven sobrecargadas con estas tareas, que continúan siendo invisibilizadas y desvalorizadas. La mercantilización y privatización de los servicios públicos, promovidas por estas políticas reaccionarias, profundizan la desigualdad, relegando la responsabilidad del sostenimiento de la vida a los hogares y perpetuando la feminización de la pobreza.
El deterioro de los sistemas de bienestar social y la desprotección del empleo estable y digno reproducen una cadena global de cuidados injusta y obligan a muchas mujeres a aceptar condiciones laborales precarias, con jornadas extenuantes y bajos salarios. En este contexto, el sindicalismo feminista se posiciona como una herramienta fundamental para la defensa de derechos y para la construcción de alternativas económicas y sociales que prioricen el bienestar colectivo sobre la acumulación de riqueza por parte de unos pocos.
Ante esta realidad, es urgente avanzar hacia la construcción de un Sistema Público Comunitario de Cuidados, que garantice el derecho universal a una organización social justa del trabajo reproductivo, que garantice el cuidado como derecho. Este sistema debe ser impulsado desde políticas públicas feministas y de clase, con perspectiva de género y contar con el protagonismo de las comunidades y las organizaciones sociales. La implementación de modelos de cuidados solidarios y cooperativos es clave para redistribuir equitativamente estas tareas y asegurar que todas las personas tengan acceso a servicios esenciales sin discriminación ni explotación.
La lucha feminista y sindicalista no puede darse en solitario. Necesitamos fortalecer la solidaridad internacionalista, articulando redes y estrategias comunes que nos permitan hacer frente al avance del autoritarismo. Desde la defensa de los derechos laborales, hasta la reivindicación de políticas públicas inclusivas, garantizando todos los derechos para todas las personas sin excepción. Debemos consolidar espacios de resistencia que respondan con firmeza a las amenazas que se ciernen sobre nuestros derechos y libertades.
Este 8 de marzo y todos los días los sindicatos abajo firmantes defendemos un sindicalismo feminista internacionalista de clase y reafirmamos nuestro compromiso con la defensa de los derechos de las mujeres trabajadoras y con la construcción de una sociedad libre de opresión y explotación. Frente al avance del fascismo, la respuesta es más organización, más unidad y más lucha. ¡Por un futuro digno y sin precarización de nuestras vidas!