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Tuzsa, Urbanos de Zaragoza, Avanza y Auzsa, son nombres ligados a un permanente dolor de muelas zaragozano. Cuando no son vehículos que se caen a pedazos, son frecuencias infumables o, como ahora y siempre, sinónimo de conflictividad laboral


Justicia, contratas públicas y usuarios

Comunicado SCUT: Justicia, contratas públicas y usuarios

Tuzsa, Urbanos de Zaragoza, Avanza y Auzsa, son nombres ligados a un permanente dolor de muelas zaragozano. Cuando no son vehículos que se caen a pedazos, son frecuencias infumables o, como ahora y siempre, sinónimo de conflictividad laboral. No de ahora, de siempre. ¿Por qué unos trabajadores que tienen cierta estabilidad laboral o sueldos peleados, están siempre a la greña con esta empresa? Pues, se crea o no, por lo mismo que los usuarios la temen, por las condiciones en que se realiza el trabajo, el servicio de transporte público colectivo en autobús en Zaragoza. Y esto, para los trabajadores, no está pagado.

Esta ciudad sigue pagando a la concesionaria, por km. recorrido. Esto es, tantos kms., tantos euros. Y, por supuesto, km. no recorrido, km. que no se cobra. Consecuencia, a correr, que no se pierda vuelta, y si no, sanción.

Sr. Azcón, usted que pidió al anterior alcalde que se implicara por los más de 100 días de huelga, ¡¡que hiciera algo!!, y que tan poco está haciendo ahora, con más de 500 días de paros, puede constatar que no es cosa de unos u otros políticos, es cosa de política con mayúsculas, de agarrar este toro por los cuernos y olvidarnos de que una empresa ha de venir a hacer negocio con nuestra movilidad, a estrujar económicamente a la ciudad y sus trabajadores, sea valiente y consiga que este municipio asuma la gestión, como en Madrid, Barcelona, Valencia o Sevilla, cuyos transportes públicos son gestionados directamente por el propio municipio, la comunidad o por empresa pública creada para ello. Y si no se atreve a plantearlo, pregúnteselo a los zaragozanos, haga ese referéndum que pide a los trabajadores, y pregunte si esta empresa ha de seguir un minuto más dando este pésimo servicio y tanta conflictividad laboral.

Porque este es el cáncer de esta servicio público y de esta ciudad. En 2013 se pudo corregir y no se hizo. Los trabajadores ya pedíamos que no hubiese concurso, que se asumiera por la ciudad la gestión. No se nos hizo caso. Por eso creamos una Cooperativa para remediarlo. No nos dejaron, tras ganar sentencias en el Tribunal Superior de Justicia de Aragón y en el Tribunal Supremo, que venían a decir que la contrata del bus en Zaragoza se había hecho a medida de Tuzsa, el TSJA determinó, a instancias de los letrados municipales, que Tuzsa (desde el día siguiente de la concesión: Auzsa, S.A. creada con 3 mil €) debía terminar de gestionar la contrata hasta el fin de la misma. ¡¡Viva la Justicia!!

Esas sentencias demostraban que Tuzsa se benefició de la imposibilidad del resto del mundo de presentarse a gestionar el bus en Zgz. y, sin embargo, solo sirvió para que los trabajadores se dejasen 50 mil € en el espinoso, largo, caro e inservible camino judicial que lo destapó. Esos letrados municipales, que en 2012 y 13 no “vieron” fallo alguno en los pliegos que el TSJA y TS sí tumbó, se pusieron estupendos con la supuesta insolvencia de la Cooperativa, obviando los argumentos de la imposibilidad de libre concurrencia. Esos letrados, suponemos que a instancias del equipo de Gobierno municipal, pusieron negro sobre blanco que la empresa siguiese haciendo negocio, en lugar de permitir que los trabajadores diesen servicio. Negocio, incluso, incumpliendo clausulas de los pliegos, como que en una semana habrá 72 buses “caducados”.

De aquellos polvos, estos lodos. Los trabajadores seguimos pidiendo Gestión municipal, porque solo así primará el servicio sobre el negocio. Pero si no la hay, si vuelve a haber concurso, nos volveremos a presentar, esperando que, por justicia y sentido común, se contemplen otras variables sociales, que no solo económicas, a la hora de adjudicar y, sobretodo, otra forma de prestar el servicio.

Y en cuanto al conflicto actual, la negociación del convenio colectivo que acabó en 2018, que nadie se lleve a engaño, una empresa que factura TODO al ayuntamiento, a través de la revisión periódica de las variables que constituyen el precio por km., no va a mover un ápice en lo esencial de la negociación con sus trabajadores porque, en menos de un año, acaba el contrato. La negociación (el conflicto) la va a alargar, adornar, enturbiar, maquillar o como se quiera llamar, hasta el final de la concesión. ¿Y los usuarios? ¿Quiénes son esos? ¿Y el Gobierno municipal? ¿Dónde está quien reprochaba al anterior alcalde los 123 días de huelga?

Julio Murillo

Presidente de la Sociedad Cooperativa Urbana de Trabajadores del bus

12-09-22

Entalto digital nº 7

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